Un entorno de trabajo hostil es un término que se utiliza para describir un entorno de trabajo en el que un empleado está sujeto a discriminación o acoso no deseado. El acoso puede basarse en varios factores, como la raza, el género, la religión, la orientación sexual o la edad, y puede ser de naturaleza verbal, física o visual. Un ambiente de trabajo hostil puede impactar no solo en la salud mental sino también en la física del empleado y puede afectar negativamente su desempeño laboral y su bienestar general.
El acoso en un entorno de trabajo hostil puede adoptar muchas formas, incluidas bromas, comentarios o calumnias ofensivas; contacto físico no deseado o insinuaciones; acoso o intimidación; o cualquier otro comportamiento que cree un ambiente de trabajo incómodo o amenazante. Tal comportamiento se considera ilegal si es lo suficientemente grave como para alterar las condiciones o los términos del trabajo del empleado, como su capacidad para realizar su trabajo o su capacidad para avanzar en el lugar de trabajo.
Una cosa importante que determina si un ambiente de trabajo es hostil es la frecuencia y la gravedad del acoso. Un solo incidente de acoso puede no ser suficiente para constituir un ambiente de trabajo hostil, pero un patrón de acoso o una serie de incidentes que crean un ambiente de trabajo intimidatorio, hostil u ofensivo pueden considerarse ilegales. Por ejemplo, si un compañero de trabajo o supervisor hace repetidamente comentarios despectivos sobre la raza o el género de un empleado, esto podría crear un ambiente de trabajo hostil.
¿Sabía que el acoso no tiene que estar dirigido específicamente al empleado para crear un ambiente de trabajo hostil? Sí, si un empleado es testigo o escucha por casualidad que otros son acosados o discriminados, esto también puede crear un ambiente de trabajo hostil para ellos. Además, si el empleador no toma las medidas adecuadas para abordar el acoso, esto puede contribuir a un ambiente de trabajo hostil.